Proyecto cultural/digital
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Producción visual: Carolina Sterling
Micro-contenidos
Del África al Petronio
Audio
Producido por: Mariana Arcila
Lo que nos diferencia es lo que nos hace únicos
Que si el pelo, que si la ropa, que si la comida o la alegría, pero el negro donde llega siempre muestra su sonrisa. Estas son algunas de las expresiones que se pueden escuchar en cualquier parte de la ciudad de Cali e incluso en el país, y el Petronio no es la excepción, pero, ¿Será que todo esto es simplemente porque a los negros les gusta llamar la atención?
Según la constitución política de Colombia de 1991, el Artículo 7 indica que “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana.” Y es que este pronunciamiento legal ¡no salió de la nada!, esto está enmarcado en décadas de lucha y resistencia afro para poder ser libres de expresar su cultura y para que se les reconociera como personas y no como “salvajes”, término utilizado en la esclavitud.
Y ¿por qué les gusta utilizar tantos colores, atuendos brillantes y el oro es su mineral favorito? Porque la mano de obra negra tanto en la minería de oro y del platino fueron preferidas para alimentar los placeres auríferos de sus amos y esto hizo que hubiese una conexión directa con el brillo, además, les permitía desarrollar sistemas de comunicación con otros esclavos gracias al brillo que reflejaban los minerales al exponerlos a los rayos del sol como nos lo recuerda Friedemann y Arocha, dos grandes investigadores sobre la cultura, historia y herencia africana.
Todo lo que se utiliza en la cultura afro tiene un significado y un valor ancestral que está ligado al territorio y varían algunas significaciones dependiendo de la zona. El turbante, por ejemplo, es símbolo de empoderamiento para las mujeres afro y hacerlo parte de la moda colombiana es una puerta que se abre al conocimiento, y da cuenta de lo maravilloso de la cultura, permitiendo que las personas ajenas a esta, puedan interesarse por conocer mucho mas de ella.
¿Por qué resaltar las expresiones artísticas y culturales de la población afro, solo en un Festival de 5 días? Es claro que este festival no pretende modificar de inmediato el imaginario en las personas sobre la cultura afro, sin embargo, Zamira Garcés, peinadora y participante del Festival, indica que para los afros su cultura es cotidiana y por esta razón, en ocasiones no le encuentran el valor que esta puede tener para la diversidad del país, por eso, el Petronio para ella se convierte en un escenario perfecto para mostrar lo que somos y en una plataforma de negocio y emprendimiento para las poblaciones negras.
Colombia tiene muchas culturas y los afros hacemos parte de ellas. Por eso ¡Somos diferentes!
Escrito por: Wendy Mosquera Silva
@Tatisil_01
Lo que cargo en mi cabeza
Galería fotográfica
Producido por: Juan Sebastían Ortíz
Resistrenza
Vídeo
Producido por: Juan Camilo Hoyos
¡Esto sigue!
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Producción visual: Carolina Sterling
Micro-contenidos
Pasión Esfuerzo Sacrificio Calidad Alivio
Tres hombres hablan de su relación con el oficio de la pesca.
“Venía bajando por el río sin cabeza, sin brazos y sin piernas, su pecho abierto a la mitad y sus costillas asomadas sin ninguna carnosidad… lo arrimé a la orilla”.
Aristóbulo Bravo Caicedo es un hombre de 66 años. Dedicó más de 15 a la pesca artesanal como medio de sustento para sus 3 hijos, dos hombres y una mujer. La pesca, una vida que el describe como dura pero a la vez placentera.
Para Aristóbulo lanzar una atarraya y sentir la presión de los peces por salir y sacarla del río con más de 5 o 6 pescados es una sensación que no tiene nombre, saber que el río es libre y que te ofrece una oportunidad de trabajo sin preguntar si sabes leer o escribir es lo que hace que jamás quieras dejarlo pero, sus sorpresas a veces no son tan agradables.
Él ha tenido que recoger muchos muertos que bajan por el Río Cauca, desde niños hasta ancianos y asegura que en una ocasión encontró el cadáver de una mujer; no tenía cabello, ni uñas, ni ojos y al cogerla para orillarla, uno de sus brazos se le quedó en sus manos. “Es algo que nunca olvidaré pero que seguiré haciendo porque mi hermano murió en este río”.
Aristóbulo asegura que la llegada de empresas municipales que vierten desechos al Río Cauca dañó la pesca en la zona de Puerto Mallario y la contaminación ha hecho que muchas especies mueran, obligando a los pescadores artesanales a alejarse de este oficio en búsqueda de nuevas oportunidades, fue esta la razón por la que tuvo que cambiar de oficio y aceptar la propuesta de ser escolta y vigilante en una escuela reconocida de Pance.
“Soy pescador por costumbre, por herencia…”
Nació en Cali y se crió a orillas del Río Cauca, su padre, un pescador artesanal fue quien le enseñó el arte de este oficio y a sus 10 años de edad Policarpo Colorado ya se aventuraba en canoas y lanchas como pescador novato, lo que este niño no sabía era que esta labor se le colaría por las venas y lo llevaría a vivir experiencias que lo marcarían por siempre.
Entre juegos de niños alguna vez pasó por su mente ser boxeador profesional, pero la separación de sus padres lo llevó a olvidar esa “loca” idea y dedicarse de lleno a la pesca y así ayudar en su casa como el hijo mayor de la familia; responsabilidad, que le llevó por primera vez a descubrir un cadáver enredado en su motor cuando él solo pensaba que era una falla normal. Más tarde esto se convertiría en algo de la cotidianidad.
“El negro tiene que pensar en el futuro…”
La experiencia le enseñó a Franklin que la pesca no es algo seguro y que los gastos en el hogar no dan espera; por eso, de cada producido de la pesca sacaba una parte para ahorrar, su esposa era la encargada de guardar el dinero y cuando “El mar está prendido” pueden estar tranquilos por esos días que los peces se esconden y el trabajo se paraliza.
Su anhelo es que sus hijos no sean pescadores, que puedan terminar el bachillerato y alcanzar sus sueños, pero su mayor miedo es no poder pagar la carrera de ingeniería que quiere una de sus hijas, de los siete que debe mantener.
El mundo de la pesca no es para cualquiera, Franklin confiesa que en muchas ocasiones pueden salir a la faena 15 días y correr el riesgo de que la lancha se hunda, llegar sin producido y con saldos en contra como le sucedió a su embarcación hace un año en San Juan o que aparezcan piratas a hacer de las suyas.
Y aunque él se identifica con la canción ‘Pescador no tiene fortuna’, asegura que “Pescar en el río o en el mar, es el mejor remedio para el corazón, pescar para mí es vivir…”
Escrito por : Wendy Mosquera Silva
@Tatisil_01
Recogiendo Memorias
Video
Historia de dos pescadores artesanales que han hecho de la pesca su vida y su sustento diario.
Producido por: Juan Camilo Hoyos
Cantos del Mar
Audio
Producido por: Mariana Arcila
Pescador de mi Tierra
Galería fotográfica
Producido por: Juan Sebastían Ortíz